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domingo, 22 de febrero de 2015

Emociones positivas; Emociones negativas

Según el doctor Seligman, las emociones positivas y negativas se pueden distinguir en función de la medida en que preparan para realizar transacciones ganar-perder o ganar-ganar, o juegos de suma cero y de suma no cero. Desde el punto de vista evolutivo, emociones negativas como el miedo o la ira son nuestra primera defensa contra las amenazas. De esta manera, el miedo y la ira nos avisan de un peligro probable o de un daño inminente. Las emociones negativas nos concentran en el origen de la amenaza y pueden dar lugar a dos tipos de respuesta: la lucha o la huída. Las emociones negativas nos preparan para juegos de suma cero donde hay un ganador y un perdedor y donde la cantidad a perder y a ganar es la misma, por lo que no se obtiene beneficio neto de la transacción. De diferente forma, las emociones positivas como el placer o la satisfacción nos dicen que está sucediendo algo bueno. Las emociones positivas expanden nuestra atención y nos permiten ser conscientes de un entorno, tanto físico como social, más amplio. Esta atención expandida nos prepara para que estemos abiertos a nuevas ideas y seamos más creativos que de costumbre. Las emociones positivas ofrecen oportunidades de establecer mejores relaciones y ser más productivos. Las emociones positivas nos preparan para juegos ganar-ganar o de suma no cero, donde las dos partes concluyen la transacción teniendo más que al principio.
De este análisis se desprende con claridad que las emociones negativas facilitan el pensamiento crítico y la toma de decisiones de carácter defensivo y muy concentrado donde el objetivo es descubrir lo que está mal y eliminarlo. En cambio, las emociones positivas facilitan el pensamiento tolerante, creativo y la productividad. Los estudios del “realismo depresivo” confirman que las personas deprimidas evalúan con más precisión sus propias aptitudes, tienen un recuerdo  más preciso de los sucesos positivos y negativos y son más sensibles a la información relacionada con riesgos. En cambio, las personas felices sobreestiman sus aptitudes y recuerdan más los sucesos positivos que los negativos, pero toman mejores decisiones al planificar su vida porque usan estrategias importantes, como buscar información con riesgos para la salud y se arriesgan ampliando su zona de confort con todas las posibilidades que esto conlleva.
Cultivar unas u otras emociones está en tus manos.

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