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domingo, 15 de marzo de 2015

¿QUÉ SON EL ESTRÉS Y LOS TRASTORNOS ASOCIADOS?

El estrés es uno de los términos más utilizados en nuestra sociedad. Desgraciadamente, no parece que está claro qué es el estrés. Lo único que parece quedar claro es que es algo malo. Es algo que de alguna manera nos ataca y nos produce consecuencias negativas, es el causante de gran parte de nuestros problemas cotidianos o de nuestras dolencias físicas o psíquicas. Incluso a veces se piensa que es algo ante lo que estamos indefensos y que acabará afectándonos negativamente. Pero parece que la realidad es bien diferente.
Piense en una situación de peligro, un coche está a punto de echársele encima, tiene que escapar de un desconocido que le persigue en una calle solitaria o ha de superar un examen. Para cualquier persona es muy importante superar estas situaciones, haría casi cualquier cosa por conseguirlo, incluso no le vendría mal una ayuda. Desde luego sería muy conveniente poder utilizar al máximo los propios recursos, pues cuantos más recursos y más intensamente se pongan en marcha, más probable es que se supere la situación: que escapemos del coche o del desconocido o que superemos el examen. Sería muy útil disponer de un mecanismo que, en esos momentos especiales, ayudara a activar de manera muy rápida e intensa nuestros máximos recursos. Ese mecanismo existe, es la respuesta de estrés. Pero antes de continuar aclaremos términos.
El término estrés es un término genérico que hace referencia a un área de estudio. Lo que en realidad interesa ahora es la respuesta de estrés, una respuesta general del organismo (que afecta a todo el organismo) ante la percepción de cualquier demanda excepcional, del medio físico o social. La situación que provoca el estrés se denomina estresor.
La respuesta de estrés es una respuesta de todo el organismo que se produce de forma automática, sin control voluntario, cuando percibimos un cambio ambiental o una demanda excepcional del medio externo o interno. El objetivo es movilizar rápidamente el máximo el máximo de recursos disponibles del organismo para hacer frente, de manera eficaz, a esta demanda excepcional. Consiste básicamente en un importante aumento de los niveles de activación fisiológica y psicológica. Con mayores recursos psicológicos y fisiológicos la persona puede seleccionar adecuadamente la respuesta más adecuada y actuar más acertadamente. En consecuencia, la respuesta de estrés es muy útil, pues permite movilizar recursos excepcionales. Una vez que se ha solucionado la situación, cesa la respuestas de estrés; en caso contrario, ésta se mantiene hasta que se soluciona o los recurso se agotan.
Los tres componentes de la respuesta de estrés son: a) Cognitivos (percepción, evaluación de la situación, memoria, pensamientos, emociones, organización de la acción); b) Fisiológicos (cambios de los diversos sistemas de nuestro cuerpo: muscular, cardiovascular, endocrino,… y c) Motores (aquellas conductas que la persona emite para tratar de afrontar la situación, como correr o gritar, decir determinadas palabras,..etc.).
Aunque la respuesta de estrés es algo muy útil, supone un gasto excepcional de recursos. Si el desgaste es episódico, no habrá problema, el organismo tiene capacidad para recuperarse entre cada respuesta de estrés. Pero si las respuestas de estrés se repiten con excesiva frecuencia, intensidad o duración, pueden producir un desgaste importante y facilitar el agotamiento de estos recursos e incluso impedir que el organismo se recupere. Cuando esto ocurre puede aparecer un problema psicológico o fisiológico. Esto es lo que se conoce como los trastornos asociados al estrés.
Los problemas que pueden perjudicar la respuesta de estrés van desde: ansiedad, depresión, disfunciones sexuales, trastornos de estrés postraumático, brotes psicóticos, cansancio, temblores, explosiones emocionales incontroladas, problemas de sueño, trastornos cardiovasculares, cefaleas, asma, úlceras pépticas…etc.
Emitimos la respuesta de estrés si percibimos una discrepancia (real o no) entre lo que demanda la situación y nuestros propios recursos.
Las situaciones que más fácilmente disparan la respuesta de estrés son:
 Cambio en la situación o demandas estimulares (hace necesario adaptarse a las nuevas condiciones, por lo que habrá que desarrollar nuevas habilidades).
 Incertidumbre o falta de información (no se qué me pasará, puede haber peligro, estoy indefenso).
 Demandas físicas excepcionales (mucho calor o frío, ruido, humo, consumo de determinadas sustancias como tabaco o alcohol, falta de descanso…).

lunes, 9 de marzo de 2015

Programándonos para el Éxito

El ser humano tiene la capacidad de aprender. El éxito es una actitud mental que se puede aprender. Podemos hacer de é una filosofía de vida que podemos decidor asumir como propia.
Para ello debemos crear una serie de instrucciones que se implantes en nuestro subconsciente.
“Se puede alcanzar todo aquello que la mente humana sea capaz de concebir y en lo que pueda creer”
Esas instrucciones deben ser creíbles y aceptables para nuestra mente consciente a fin de evitar conflictos en nuestras creencias actuales, y para integrarlas debes creer totalmente que podrás realizarlas.
Haz lo que sigue:
Elabora una lista de instrucciones simples sobre lo que quieres, planteadas en momento presente, como si ya las hubieras logrado. Deja que sea tu mente subconsciente la que a través de un proceso interno determine las actuaciones más adecuadas para su consecución. Proceso de “consulta con la almohada”
¿Cuántas veces te levantaste por la mañana viendo con claridad la solución a un problema?
Ejemplo de cómo trabajar esto en un negocio multinivel:
Instrucción A: Patrocino personalmente a 4 personas en la primera fase.
Instrucción B: Ayudo a mis patrocinados en su primera fase para que tengan 4 personas patrocinadas.
Instrucción C: Recupero la inversión e incluso tengo beneficios en la segunda faze.
Instrucción E: Terminado este ciclo inicio uno nuevo.