Cuando Richard Davidson, de
Wisconsin, decano de la neurociencia contemplativa, resume y ordena las
ventajas que para la atención, tiene el Mindfulness, destaca las siguientes:
1. Estimula la red clásica de la atención,
situada en la región frontoparietal del cerebro, que cumple con la función de
dirigir la atención. Estos circuitos resultan esenciales para el movimiento básico
de la atención, que consiste en desconectar nuestra atención de una cosa,
dirigirla hacia otra y mantenerla en ese nuevo objeto.
2. Mejora de la atención selectiva debida a la
inhibición del poder de las distracciones, que nos permite dejar a un lado las
distracciones que se producen a nuestro
alrededor y centrarnos en lo que nos importa. Por eso puedes ahora mantener el
foco de atención centrado en el significado de lo que digo sin dejarte
arrastrar por otros distractores.
Una de las
principales ventajas para los estudiantes radica en la comprensión. Las mentes
errantes dan palos en el aire por lo que respecta a la comprensión. El antídoto
para esta divagación es la metaconciencia, o lo que es lo mismo, la atención a
la atención misma, la capacidad de darnos
cuenta de que no estamos dándonos cuenta de lo que deberíamos y corregir,
en consecuencia nuestro foco de atención. El Mindfulness fortalece el músculo
esencial de la atención.
3. También tiene conocidos efectos el Mindfulness
sobre la relajación. Este efecto se debe a un descenso en el punto de activación
de los circuitos asociados al nervio vago, clave para mantener la calma en
situaciones estresantes y superar contratiempos. El nervio vago gestiona múltiples
habilidades, fundamentalmente el ritmo cardíaco y la recuperación rápida, como
consecuencia del estés. Este aumento del tono vagal desemboca en una mayor
flexibilidad; de esta manera las personas gestionan mejor su atención a las
emociones y poseen más facilidad para establecer, en el ámbito social,
relaciones positivas y mantener interacciones eficaces.
4. También reduce síntomas ligados a
trastornos fisiológicos como temblores, hipertensión y dolor crónico.
Jon Kabat-Zinn, cuyo programa
de reducción del estrés basado en la atención plena se aplica en miles de clínicas
y hospitales de todo el mundo, así como en otros ámbitos que van desde
prisiones a programas de desarrollo del liderazgo mantiene que los pacientes
suelen acudir porque están desbordados por el estrés o por el dolor. Pero el
hecho de prestar atención a nuestro estado interior permite también ver lo que
necesitamos cambiar en nuestra vida. Las personas dejan de fumar de manera
espontánea o cambian el modo en que se alimentan y comienzan a perder peso.
Casi cualquier forma de
meditación reeduca los hábitos de atención y la caída rutinaria en la distracción.
Las investigación realizada con tres modalidades diferentes de meditación
(concentración, generación de amor-bondad y la conciencia abierta) han
demostrado que todas ellas aquietan las regiones responsables de la agitación
mental.
Daniel Siegel, psiquiatra de la
Universidad de California denomina “circuitos resonantes” a los circuitos que
nos conectan a nosotros mismos y con los demás que se ven fortalecidos por la
práctica del Mindfulness.
El Mindfulness fortalece la
conexión que existe entre las regiones ejecutivas prefrontales y la amígdala,
especialmente los circuitos que pueden decir “no” a los impulsos, una habilidad
fundamental para transitar por la vida.
La práctica de Mindfulness asienta
los cimientos de la metaconciencia, es decir, de la capacidad de observar
nuestros procesos mentales, en lugar de vernos arrastrados por ellos. Esto nos
proporciona puntos de decisión de los que carecíamos y nos permite gestionar
impulsos problemáticos que anteriormente nos arrastraban a la acción.